En el trópico a orillas del mar el cuerpo nos agradece.

Las zambullidas son tibias caricias, no hay prisa por volver a la arena, no hay frío que nos contraiga ni espasmos que nos apuren. Hacemos la plancha hasta que nos aburrimos, curioseamos el fantástico mundo submarino, jugamos con las olas hasta que los abdominales, los brazos y las piernas nos exigen una siesta. El sol llega a nosotros con tórrida amabilidad, sin agresiones, la capa de ozono que cubre esta parte del mundo no se lo permite. La piel bronceada absorbe mejor los rayos ultravioletas y produce grandes cantidades de vitamina D que nos ayuda a estar más sanos, a sentirnos muy bien y a vivir más tiempo. La luz del sol que entra por nuestros ojos provoca que la epífisis situada en nuestro cerebro segregue serotonina, esa hormona entusiasta y generosa que nos pone simplemente felices.

En el mar está una parte de la comida que necesitamos, solo hay que ir a buscarla, en los árboles las frutas. No se necesita casi ropa, con una muda alcanza y no se ensucia casi ropa si solo tenemos una muda. La vida es fácil en el trópico. Cuando sea necesario el dinero solo hay que ingeniárselas media hora vendiéndole algo a los cientos de turistas que llegan cada día a este lugar buscando lo mismo que todos buscamos cuando estamos en el trópico a orillas del mar. No hay motivos para angustiarse, la vida resulta ser un pasatiempo bastante fácil de resolver. El suave murmullo de las olas disuelve cualquier tipo de exagerada reflexión.

Una especie de pereza intelectual comienza a acompañarnos discretamente. El cuerpo se convierte en el legítimo protagonista y las reflexiones van lentamente dejando su lugar a las pasiones. Empezamos a perder vocabulario. La convivencia con otros cuerpos semidesnudos alimenta lentamente la vanidad y empezamos a mirarnos demasiado tiempo a nosotros mismos.

Hasta que un día nos insolamos, escapamos del sol tres o cuatro días refugiados a la sombra y bajo una ducha fresca. El daño no es demasiado grave así que logramos descubrir que no habíamos sufrido una insolación: era nuestro cerebro cociéndose.

 

Guille, mayo de 2013, Puerto Escondido, Oaxaca, México.

ver todo el carakol:  http://elcarakol.wordpress.com/

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11 Responses to “En el trópico a orillas del mar el cuerpo nos agradece.”

    • alfonso pototo pereyra

      estan pirando,quiero ir ya ,todos se bañan vestidos¿yo me voy a bañar con un charro en la cabeza,jijiahora la paloma ta hermosa hoy tambien ,la serena tiene sus secretos encantos,hongos deliciosos ,olas solitarias,caminitos para correr y andar en bicicleta sin que te cruces a nadie,la barra vieja abrio y con pi la fuimos a ver grandes paredes formo el arrollito en caño loco, y el mar dibujo lineas hermosas en la margen opuesta, pequeñas cosas q reconfortan a solo un paso de nosotros.besos,sasa esta preciosa.

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      • guillermo urrutia

        dale! esta es tu oportunidad de hacer lo que siempre quisiste! vení a surfear vestido de mariachi!

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  1. …me parece muy acertada la frase: «el cuerpo se convierte en el legítimo protagonista, etc»
    La idea de la facilidad en el trópico es interesante; pero realmente yo pertenezco (la mente) a otro clima.

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    • guillermo urrutia

      Gracias Fernando, como verás nosotros también pertenecemos a otros climas…
      Te cuento que por acá admiran mucho tu tabla, no hay quien quede indiferente.
      Abrazo grande

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  2. Ah…… es como si leyeras una novela.Admiro la gente que sabe vivir.VIVIR.Ademas, escucho la voz de Lila mientras miro las fotos.Total es mi fantasia.Abrazo al poeta, a su dama ya su querido Unay.Beso

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  3. Abu …un dia de mayo con sol en el sur de esta américa tan rica.
    Me parece maravilloso y las palabras del narador son muy buenas y tiene un rico vocabulario, pero yo alli y en cualquier otro lado del planeta, estaría bien solo con una palabra que faltó AMOR. Yo he estado en aguas tibias de varias partes del mundo y he visto lugares maravillosos, pero no pude disfrutarlos tanto como uds. porque me faltaban mis afectos, como los que hoy estoy viendo solo por una pantalla. Pero soy feliz si ellos los son, si están tan bien como cuentan, es maravilloso!!!!

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