23 de junio, la fiesta de San Juan en Cafayate. Los changuitos de cada barrio se organizan, arman un Judas y salen a recorrer los almacenes y los kioscos del pueblo en busca de caramelos, con bombo y redoblante en bandolera:
que tiren ca ra me los, que tiren ca ra me los!
que tiren ca ra me los, que tiren ca ra me los!
que tiren ca ra me los, que tiren ca ra me los!
que tiren ca ra me los, que tiren ca ra me los!
que tiren ca ra me los, que tiren ca ra me los!
y así hasta el hartazgo de los propietarios de los negocios que terminan tirando algunos caramelos y escuchan orgullosos el agradecimiento de la barra:
les da mos las mu chas gra cias!
les da mos las mu chas gra cias!
por que se lo me re cen!
los que no tiran caramelos reciben con fingida indiferencia varios:
hue vo du ro!
hue vo du ro!
hue vo du ro!
hue vo du ro!
hue vo du ro!
hue vo du ro!
Luego de que cada changuito se llenó la panza, la boca y todos los bolsillos de caramelos el Judas termina en la hoguera y ellos en el dentista.